Dedicada a: Claudia, Edith, Samantha, Gil, Jesús, Gerardo, Paola, Román, Alex, Mariana, Pepe y Daniel

 Y se llega el Día de Muertos

En Monterrey y el Tribunal

Todos se encuentran contentos,

Es un día no laboral.

Mas Clau que es toda energía,

Les dice a sus compañeros:

“Será un día de alegría,

¡Nos vamos de parranderos!”

“Hagamos bistecs asados

Hasta entrada la madrugada”.

“Ya estamos acostumbrados

A tremenda desvelada”.

Edith siempre solidaria,

Aprueba la grata moción.

Samantha poco ordinaria,

Sonríe con emoción.

Gil apuntado sin freno

 dice: “yo pongo el alcohol”.

“Jesús tiene un terreno

Y festejamos sin control”.

Mientras, Gerardo y Paola

Escuchan desde otra oficina:

“Nos unimos a la bola”.

“Eli es buena en la cocina”.

Román, que es siempre pensante,

Les hace una observación:

“Nos falta llevar quien cante;

O si no, no es un buen fiestón”.

Se hizo un silencio de muerte

Se estaban desmotivando

“No tenemos buena suerte”.

“Seguiremos trabajando”.

Y entonces se escucha un grito,

Es Alex que está muy atento:

“¡Mariana canta  bonito!”

Y el grupo se puso contento.

¡Ya todo está organizado!

Festejaban sin parar.

De pronto un viento helado,

La piel les fue a erizar.

La Parca se hace presente,

Y estaba bastante molesta;

Pues sería la única ausente

De tan memorable fiesta.

Y Pepe que es tan carrilla

Le dice: “Mira sabionda:

No te agüites mi flaquilla,

pero no estás en la onda”

“Me merezco una invitación”

–Responde en tono alterado;

Pues de llegar al panteón,

Yo a todos aquí he librado.

Motivos muchos me dieron,

Ya que no se alimentan bien.

Tampoco prudentes fueron,

De descansar hasta el 100.

Y entonces ante esta desgracia

Se presenta el jefe Daniel:

“Aquí todo es democracia

Y a la justicia soy fiel”.

“Catrina irá a la parranda,

Pero algo tendrá que ofrecer”.

“Se les olvida la banda

Y es lo que le tocará poner”.

Por fin el día esperado

Está por acontecer.

Casi todo fue arruinado

Por demandas a resolver.

Terminaron a buen horario,

    se armó un gran pachangón.

Y la muerte llevó a su barrio:

“Los Rockeros del Panteón”.