Dedicada a: Rogelio

 

Rogelio estaba pensando

en mudarse a Canadá

el tiempo se le está acabando

tiene cosas que arreglar.

Se encontraba muy concentrado

acomodando sus pendientes

cuando un viento muy helado

le llegó hasta por los dientes.

De repente se aparece

una mujer algo flaca

parece que se desvanece

Y le dice: “soy la Parca”.

“He venido a llevarte

necesito algunas almas

ni te pienses rebelarte

ni me saques ya tus armas”.

Rogelio tranquilo y sin miedo

se queda pensando un rato

“la verdad que yo sí puedo”

“de esta vida estoy un poco harto”

Le invita una café a su amiga

y se ponen a charlar

le cuenta sus metas de vida 

y los planes por realizar.

La Muerte lo escucha seria

y cambia su decisión

“no eres alguien pa’ que se muera

tienes aquí una misión”.

“Hombre honesto tú eres

y también trabajador

dar ejemplo tú puedes

a todo aquel que es huevón.

“Además tienes mente abierta 

y te gusta preguntarte cosas

ideología muy despierta

son cosas muy poderosas”.

“Tienes muchos objetivos

y grandes deseos de aprender

dejar un legado a los vivos

y así nunca perecer”.

Rogelio la oye con calma

y se llena de motivación

siente un impulso en su alma

y luz en su corazón.

Así se les fue la noche

entre charla y varias risas

ya ni se acuerda del coche

que había que recoger con prisas.

Se toma un breve descanso

y asigna la ruta a alguien más

su casa se vuelve un remanso

todo un recinto de paz.

Catrina está muy contenta

pues hizo un nuevo compadre

de repente se da cuenta

que aun no tiene quien la acompañe.

Se despide con pesar

no sin antes recordarle: 

“tienes mucho que aportar

y a la vida con todo hay que darle”.

Rogelio se fue a su cama

asombrado por aquella historia

y el consejo de esa buena dama

lo guardará en su memoria.